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Santa Rosalía de Palermo
01 Anónimo,
Fecha: s.f.
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19.041349
-98.206787
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-98.206787

Santa Rosalía de Palermo
01 Anónimo,
Autoría desconocida.
No
01 Óleo sobre tela
Flickr

Convento de Santa María de Gracia de la Orden de San Agustín
Mexico
Puebla
Mexico
Puebla
N/A

Santos
Santas
Santas mujeres
Rosalía de Palermo
N/A


Aparición
Paisaje
Querubín
Mujer
Contemplación
Rompimiento de gloria
Celeste / Terrestre
Historia de vida de santos
Sin donante
Ninguna
Martirologio, santoral/Flos sanctorum
Báculo
Corona de flores
Crucifijo
Disciplina
Lirio
Edad: adulto
Escena: simple
Género femenino
Personaje individual
Personajes: Sagrados


La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.

2587 anonimo hombre sanchez navarro s.xviii mx copia 00 Objetos en las manos
0862 anonimo sor ana mar%c3%83%c2%ada de san francisco y neve xviii mx copia 01 Posición: de Pie
N/A
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Querubines
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No

Los querubines y los serafines son las dos clases más altas de ángeles de la jerarquía celeste. No son ángeles en el sentido epistemológico de mensajeros, pues se mantienen siempre alrededor del trono de Dios, a menos de que vigilen el símbolo de éste, el Arca de la Alianza. Fueron retomados de la mitología babilónica, que personificaban la luz cegadora de los relámpagos en un cielo en tormenta. Serafines y querubines se diferencias en el número de alas. Los serafines se caracterizan por seis alas oceladas (son hexaptéros), mientras que los querubines sólo tienen cuatro. La fuente de esta iconografía es una visión de Isaías (6: 2)
Rosalía Santa
1160-01-01
2016-02-08
2016-02-08
No

Según los bolandistas, su vida es una serie de remiendos de diversas tradiciones locales, inscripciones y pinturas; los monjes basilios, benedictinos y agustinos la hicieron religiosa de sus respectivas órdenes. La leyenda dice que fue hija del príncipe Sinibaldo, rey de Sicilia, y descendiente de la familia de Carlomagno. Renuncia a la vida palaciega por su amor a cristo y pasa el resto de la vida en cuevas. Muere supuestamente en el monte Pellegrino en el 1160. Su culto toma importancia hacia 1624, cuando una procesión con sus restos cura una peste en Palermo por lo que se pide a Urbano VIII se introduzca su nombre en el Martirologio romano. Se la considera protectora de las pestes, los terremotos y de la ciudad siciliana de Palermo. (Con modificaciones de Schenone, Iconografía del arte colonial, p. 702)