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Transverberación de Santa Teresa de Jesús
Rodríguez Juárez, Nicolás
Fecha: 1692
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Transverberación de Santa Teresa de Jesús
Rodríguez Juárez, Nicolás
1687-1734
1667- 1734 Nicolás Rodríguez Juárez fue, junto con su hermano Juan, miembro de la cuarta y última generación de la dinastía de pintores fundada por Luis Juárez. Perteneció a una extensa familia de pintores del México colonial, entre los que cabe citar a su abuelo José Juárez. Su estilo es intermedio entre el tenebrismo y la pintura barroca tardía o rococó. Hacia 1694 pertenecía a una cofradía y ya era asistente de pintor.1 Tuvo como maestro a José de Padilla y trabajó en su taller. En 1719 fue contratado para ejecutar algunas de las piezas centrales del Altar de los Reyes de la Catedral Metropolitana: la Adoración de los Magos y la Asunción de la Vírgen. Cultivó el género retratístico destacando su Retrato del arzobispo José de Lanciego y el del virrey Fernando de Alencastre, duque de Linares. http://es.wikipedia.org/
No
01 Óleo sobre tela
GUTIÉRREZ HACES, Juana. Pintura de los reinos: identidades compartidas: territorios del mundo hispánico, siglos XVI-XVIII, tomo 1. México: Banamex, 2008.

Museo Nacional del Virreinato
Mexico
Tepotzotlán
Mexico
Tepotzotlán
Mexicana

Santos
Santas
Santas Fundadoras de órdenes
Teresa
Transverberación


Ángel
Ángeles
Carmelita
De rodillas
Espíritu Santo
Monja
Monjas
Mujer
Mujeres
Órdenes femeninas
Órdenes religiosas
Santa
Santas
Transverberación
Celeste / Terrestre
Historia de vida de santos
Donante por el nombre
Inscripción
Martirologio, santoral/Flos sanctorum
"A devoción del capitán Antonio Xubera u. d el Orden d S.tiago et Da. Juana d Aranda Ribas. su muger" "Nicolas Rodríguez Xuanz / f.at año de 1692"
Alas
Ángeles
Aureola de luz Descanso
Espíritu santo
Habito eclesiástico
Lanza
Manto blanco
Manto rojo
Nimbo de luz
Paloma
Túnica negra
Velo
Edad: adulto
Escena: compuesta
Género femenino
Género masculino
Personaje colectivo
Personaje: contacto corporal
Personajes: Sagrados


La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.

2587 anonimo hombre sanchez navarro s.xviii mx copia 00 Objetos en las manos
4729 anonimo catalina flagelandose xviii ar copia 03 Posición: Arrodillado
0862 anonimo sor ana mar%c3%83%c2%ada de san francisco y neve xviii mx copia 01 Posición: de Pie
N/A
N/A
N/A
Teresa Santa
1582-01-01
1614-01-01
1622-01-01
No

Nacida en Ávila en 1515, Teresa de Jesús, o de Ávila, entró a los dieciocho años en el monasterio carmelita de la Encarnación de Ávila (España); hija de Antonio Cepeda y Beatriz de Ahumada. Realizó grandes actos de penitencia, oración y sacrifico; usaba siempre silicios con los cuales flagelaba su cuerpo, además de hojas de lata, ortigas y llaves. Se interesó fundamentalmente por los historias de los santos mártires, al punto de concertar con su hermano (cuando aún era una niña) para salir de su casa y viajar a África para ser martirizada en nombre de Cristo ante los Moros. Pero cuando habían avanzado en su camino, su tío los encontró y en seguida los hizo regresar, no pudiendo así lograr su cometido. Fue una gran mística, distinguiéndose por sus visiones, éxtasis y elevación de su pensamiento. Logró llevar a cabo la reforma de la orden de las carmelitas descalzas a la que pertenecía y fundar su primer convento reformado en 1562, colocado bajo la invocación de san José en Ávila. Entre los éxtasis y las visiones que describió ella misma en sus obras, figura la Transverberación, o traspaso de su corazón. Este éxtasis tuvo lugar hacia 1559. Un ángel –como lo referencia el texto Duchet-Suchaux y Pastoreau- de la orden de los serafines se le apareció “viole en las manos un dardo de oro largo y al fin de él me pareció tener un poco de fuego; éste me pareció meter por el corazón algunas veces (…) y me dejaba toda abrazada en el amor grande de Dios”. Otra visión célebre es aquella en que una paloma con alas llenas de escamas de nácar comienza a planear sobre su cabeza, la víspera de Pentecostés; al igual que el momento en el que san José y la virgen le ofrecen algunas prendas de vestir. Muchas de estas visiones y otras que aparecen relatas en sus escritos, fueron esenciales para establecer los elementos iconográficos que identifican a santa Teresa.