7850

Id:7850

Santa Catalina de Siena
01 Anónimo,
Fecha: S.f.
Download

19.430334
-99.129639
19.435514
-99.140625

Santa Catalina de Siena
01 Anónimo,
Autoría desconocida.
No
01 Óleo sobre tela
Flickr

Museo Soumaya
Mexico
México DF
Mexico
México DF
Mexicana

Santos
Santas
Santas mujeres
Catalina de Siena
N/A


Corona
Cruz
Dominicos
Estigmas
Flores
Monja
Monjas
Mujer
Mujeres
Santa
Santas
Sin definir
Historia de vida de santos
Sin donante
Ninguna
Martirologio, santoral/Flos sanctorum
Aureola de rayos
Corona de espinas
Crucifijo
Espinas
Estigma
Estigmas
Habito eclesiástico
Lirio
Tunica Blanca
Velo
Edad: adulto
Escena: simple
Género femenino
Imagen dentro de la imagen
Personaje individual
Personajes: Sagrados


La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.

2587 anonimo hombre sanchez navarro s.xviii mx copia 00 Objetos en las manos
N/A
N/A
N/A
Catalina de Siena
1380-01-01
N/A
1461-01-01
No

Nace en Siena hacia 1347, siendo la vigésimo quinta hija de un tintorero que se llamaba Jacopo Benincasa. Su vida tiene todos los elementos tradicionales de las santas monjas medievales y barrocas: Desde su infancia Catalina empezó a tener visiones y a practicar austeridades extremas. A los siete años hace voto de virginidad; su madre quería casarla, a lo que se opone rasurándose la cabeza. Después de tres años de visitas celestiales y una conversación familiar con cristo, experimentó la experiencia mística conocida como las "bodas místicas", probablemente durante el carnaval de 1366. Antes de entrar al convento, atendió a los enfermos, especialmente aquellos infectados de peste, a servir a los pobres y trabajar por la conversión de los pecadores. A los 17 años entra en la tercera orden de santo Domingo, a pesar de la oposición familiar. En el convento llevó una vida ascética, que se caracterizó por su frágil salud. Profesaba una devoción particular a santa Inés de Montepulciano, tanto, que según la leyenda, cuando Catalina visitó la tumba de santa Inés, y se inclinaba ante el cuerpo de la santa para besarle el pie, ésta la levantó hasta la altura de sus labios. Según la leyenda, en sus trances recibió la misión de involucrarse en los asuntos mundanos, especialmente en intervenir en asuntos políticos de su época, principalmente contribuyó a llevar al papa Gregorio XI a Roma, desde Aviñón. En 1375, recibió los estigmas, marcas que no aparecieron exteriormente en su cuerpo mientras vivió, según la tradición. Autora de diversos textos en tocano, sobresale "Diálogo" o "Tratado de la Divina Providencia". Murió en Roma en 1380 y fue canonizada en 1461. Su cuerpo reposa bajo el altar mayor de la iglesia dominica de Santa María sopra Minerva, cerca de Fra Angélico. Pero su cabeza fue reclamada por Siena, su ciudad natal.