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El martirio de Santa Catalina de Alejandría
Rodríguez Carnero, José
Fecha: 1700-1730
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El martirio de Santa Catalina de Alejandría
Rodríguez Carnero, José
1665-1725
Rodríguez Carnero fue hijo de Nicolás Rodríguez Carnero de Aguilar y Catarina de Sena. Su padre era medio hermano del jesuita Juan Carnero, quien había estado sucesivamente casado con Teresa de Contreras, Manuela de Ayala y, finalmente, con Gertrudis de la Rosa Zurita. Con las tres había procreado varios hijos. Se conoce también de los sinsabores que significó para él su matrimonio con Manuela de Ayala, ya que, cosa infrecuente en los testamentos, el pintor aprovechó esa oportunidad para expresar, en claro tono de queja, que en el tiempo de contraer dicho enlace no sólo no tenía capital alguno —“mas que tan solamente el crédito de mi arte”—, sino que su nueva esposa “vino al matrimonio sólo con su cuerpo y para adornarlo fue preciso remitirle ropa mujeril” (de su anterior esposa), y que se vio precisado a alimentar “a la susodicha, a sus padres, hermanos y parientes” gastando en su manutención y cuidados más de 20 mil pesos (una verdadera fortuna para la época), cantidad que —dice— “adquirí a mi industria y trabajo en diferentes obras que se ofrecieron en este tiempo”. Por último, no obstante a haber quedado quebrado y lleno de deudas, quizá para asegurar el cuidado de los hijos, Rodríguez Carnero había contraído un tercer y último matrimonio con Gertrudis de la Rosa Zurita —en realidad el cuarto—, quien, pese a que tampoco llevó dote, no parece haberle causado más contratiempos. Rodríguez Carnero murió, ya anciano, en la dicha ciudad de Puebla, el 19 de septiembre de 1725, y fue enterrado al día siguiente en el templo de la Compañía.
No
01 Óleo sobre tela
Flickr

Templo del Exconvento de la Soledad
Mexico
Puebla
Mexico
Puebla
N/A

Santos
Santas
Mártires mujeres
Catalina
N/A


Muerte
Desconcierto
Mujeres
Hombres
Celeste / Escatológico
Relato Devocional
Sin donante
Ninguna
Martirologio, santoral/Flos sanctorum
Rueda arpada
Edad: adulto
Escena: compuesta
Género Masculino/femenino
Imagen dentro de la imagen
Personaje colectivo
Personajes: sagrados y profanos


La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.

11907 00 Gesto sin registro
62 qn3 18 8189 copia 62 QN3 18 Leviter Tangit - Manejar un asunto retórico de manera leve.
3906 anonimo antiguo testamento xviii mx copia 04 Posición: Postrado / agachado
0862 anonimo sor ana mar%c3%83%c2%ada de san francisco y neve xviii mx copia 01 Posición: de Pie
26 qn1 14 4870 copia 26 QN1 14 Exclamationem aptat. Exclamación de congratulación y/o alegría.
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Arcángel Gabriel, Fotitude Dei
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El arcángel Gabriel fue visto como el anunciador y protector de la virgen durante toda su vida. Mensajero y embajador escogido por Dios, para comunicarle a María el ministerio de la encarnación del verbo eterno en su vientre. En la Religión Católica su culto se inicio en el siglo XIV, considerado como: el Ángel de la anunciación, de la resurrección, de la misericordia, de la muerte y de la redención (toca la trompeta el día del Juicio Final). Es uno de los pocos ángeles que se nombran en la Biblia. En primer lugar, en el Antiguo Testamento en el Libro de Daniel, a quien se le presentó para enseñarle el tiempo en el que el Mesías había de venir al mundo y librar a los hombres con su muerte del yugo del demonio. En el segundo lugar, en el Nuevo Testamento anunciando a Zacarías –que se encontraba incendiando el altar- el nacimiento de su hijo san Juan Bautista. Su nombre es de origen caldeo y fue conocido por los judías desde antes de la cautividad, el cual quiere decir: Dios es mi fortaleza o “Fortitudo Dei”, fortaleza de Dios.
Catalina de Alejandría
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Se ubica su nacimiento hacia el 290 dentro de una familia noble de Alejandría (Egipto). Los martirologios cuentan que estaba dotada de una gran inteligencia, lo que la puso al nivel de los grandes doctores, poetas y filósofos de su época. Siendo pagana, una noche se le apareció Cristo, lo reconoció y lo aceptó como su esposo bautizándose al poco tiempo. En alguna visista del emperador Maximiliano, ella intentó convertirlo lo que despertó su cólera. Para ponerla a prueba le impuso un debate filosófico con cincuenta sabios a los que trataría de convertir. Catalina lo logró, lo que provocó la ira del Emperador, que hizo ejecutar a los sabios, no sin proponerle antes a Catalina que se casara con uno de ellos, a lo que ella se negó rotundamente. El Emperador ordenó, entonces, que torturaran a Catalina utilizando para ello una máquina que tenía unas ruedas guarnecidas con pinchos. Milagrosamente las ruedas se rompieron al tocar el cuerpo de Catalina. Posteriormente fue decapitada. La leyenda cuenta que su cuerpo fue llevado por ángeles a una cueva en el monte Sinaí, donde fue descubierto por unos monjes. Ver también: http://ec.aciprensa.com/c/catalinaalejandria.htm