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María Magdalena
Santa Cruz Pumacallao, Basilio de
Fecha: 1600-1699
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María Magdalena
Santa Cruz Pumacallao, Basilio de
1661-1700
(1635-1710). Pintor indígena Quechua. El maestro más favorecido por el mecenazgo de Mollinedo fue, sin duda, Basilio de Santa Cruz Pumacallao. Su carrera había empezado hacia 1661. Al año siguiente firmaba el San Laureano mártir, en el convento de la Merced, que revela a un retratista y pintor religioso de gran aliento. Posteriormente realiza en el convento franciscano una parte de la serie sobre la vida de San Francisco de Asís (1667), obra que despertó la admiración del virrey Conde de Lemos al visitar la ciudad en 1668. A partir de 1690, Santa Cruz se hará cargo de las principales obras decorativas de la catedral por encargo de Mollinedo, lo que significa su consagración definitiva como pintor. Sin duda un gran exponente de la escuela cuzqueña de pintura. Fuente: Arte Colonial. Catálogo de Artistas Coloniales. P. 165-166
No
01 Óleo sobre tela
PESSCA www.colonialart.org/

Iglesia de Caracoto
Peru
Puno
Peru
Puno
Local

Santos
Santas
Santas mujeres Iglesia Primitiva
Magdalena
N/A


Camino/árboles
Flores
Penitencia
De rodillas
Naturaleza
Mujer
Terrestre / paisaje
Historia de vida de santos
Sin donante
Ninguna
Martirologio, santoral/Flos sanctorum
Aureola
Cáliz
Cráneo
Cruz
Libro
Paisaje
Pájaro
Edad: adulto
Escena: compuesta
Género femenino
Personaje individual
Personajes: Sagrados
Presencia: animales


La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.

2587 anonimo hombre sanchez navarro s.xviii mx copia 00 Objetos en las manos
4729 anonimo catalina flagelandose xviii ar copia 03 Posición: Arrodillado
19 qn1 17 4414 copia 19 QN1 17 Benevolentiam Ofrendit - Declara benevolencia
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María Magdalena
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No

Muy pronto la tradición reunió en la persona de María Magdalena tres mujeres que eran nombradas en los Evangelios y que habían acompañado a Jesús en momentos distintos de su vida. En primer lugar, la pecadora anónima que, durante la comida en la casa de Simón el fariseo, inunda de perfumes los pies del señor y después los enjuaga con sus cabellos (Lc, 7, 36-50). En segundo lugar, María de Betania, hermana de Marta y de Lázaro, que recibe a Jesús en su casa y obtiene la resurrección de su hermano. En tercer lugar, María Magdalena curada por Jesús de los demonios que la atormentaban, presente durante la Crucifixión y el Entierro. Al final de la Edad Media y en la época moderna, los teólogos discutieron largamente para saber si en la Magdalena habían tres mujeres o una sola, pero la tradición siguió siendo más fuerte. En lugar de separarla, se le añadió incluso a veces ciertas tradiciones relativas a una cuarta: María Egipciana. Después de la Ascensión de Cristo, con Marta y Lázaro, María Magdalena habría llegado a Provenza, donde los tres habrían convertido a la fe cristiana a multitud de gentes. Después se habrían retirado del mundo para hacer penitencia, en la gruta de Santo Bálsamo, donde vive treinta años. Muere en Aix- en Provence donde los ángeles la han llevado a fin de que recibiera la última comunión. Más tarde sus reliquias se habrían trasladado a Borgoña. Esta historia de María Magdalena no tiene ningún fundamento bíblico ni histórico. Parece que lo forjaron en el siglo XI los monjes de Vézela para explicar y autentificar la presencia de sus reliquias en su iglesia. En la tradición cristina, María Magdalena es efectivamente y ante todo la imagen ejemplar de la pecadora arrepentida y santificada. A esto se debe que sea la patrona de las prostitutas. La Contrarreforma contribuyo a difundir aun más su culto, convirtiendo a María Magdalena en la personificación del sacramento de la penitencia.