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Santa Rosa de Viterbo
Simões Ribeiro, Antônio
Fecha: 1720-1750
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Santa Rosa de Viterbo
Simões Ribeiro, Antônio
1720-1755
Fue un pintor de origen portugués que trabajó en Brasil durante el siglo XVIII. Introdujo la técnica de la pintura ilusionista en el noreste del país, la cual simula la arquitectura tridimensional. Este artista llegó al municipio de Salvador Bahía alrededor del año 1735, donde realizó una serie de obras en iglesias que hoy han desaparecido.
No
Óleo sobre madera
OCHI, Maria Elena y Frei Hugo Fragoso. Igreja e convento de San Francisco da Baia. Rio de Janeiro: Versal, 2009.

Convento de San Francisco
Brazil
Salvador de Bahia
Brazil
Salvador de Bahia
N/A

Santos
Santas
Santas mujeres
Rosa de Viterbo
N/A


Flores
Virgen
Retablo
Compañía
Santas
Sin definir
Retrato secular y religioso
Sin donante
Ninguna
Martirologio, santoral/Flos sanctorum
Aureola de rayos
Cáliz
Corona de flores
Crucifijo
Edad: adulto
Escena: compuesta
Género femenino
Imagen dentro de la imagen
Personaje colectivo
Personajes: Sagrados


La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.

57 ql3 07 653 copia 57 QL3 07 Teriorem incutio - Gesto de Amenaza, reprensión
52 qn1 12 9761 copia 52 QN1 12 Negabit - Acción de aborrecer, detestar, ahuyentar, rechazar
N/A
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Ángel
2016-02-17
2016-02-17
2016-02-17
No

Rosa de Viterbo
1251-01-01
N/A
N/A
No

Rosa nació en Viterbo, Italia. Hija de padres de modesta condición llamados Juan y Catalina, quienes eran agricultores y tenían una casa en el barrio de San Mateo en Sonza, en la parroquia de Santa María en Poggio. Rosa aparece entre las santas de la Orden Tercera de los franciscanos. Desde pequeña mostraba gran piedad y amor hacia el mundo religioso, incluso tenía gran respecto hacia las imágenes de la Virgen María y de Jesucristo; a las cuales veneraba continuamente en su hogar. Las fuentes que hacen referencia a la vida de Rosa, hacen especial alusión a algunos de sus milagros (resucitar a su tía a la edad de dos años), a la lucha constante contra los herejes de su tiempo, a las visiones de algunas almas conocidas por ella, y a los encuentros que tuvo con Jesucristo, la Virgen María y algunos ángeles. Renunció a todos los placeres del mundo - alejada en un cuarto de su casa-, hacía ayunos constantemente, se infringía en el cuerpo fuertes disciplinas con unas cadenas que la dejaban muchas veces desmayada en el suelo. Asimismo, llevaba siempre y debajo de su vestido, un silicio con el que hacia un constante sacrificio hacia Dios. Tuvo una importante vida pública: iba por la ciudad de Viterbo llevando un crucifijo en la mano y alabando al Señor y a la Virgen María. Pero su acción de apostolado habría durado tan sólo unos meses, pues el poder civil de la ciudad de Viterbo, que gobernaba en nombre Felipe II, instigado por algunos herejes que actuaban abiertamente en la ciudad, infligió a Rosa y a su familia la pena del exilio. Al ser obligados a dejar Viterbo, se refugiaron en Soriano de Cimino y regresaron tan solo después de la muerte de Felipe II. Al estar de nuevo en la ciudad pidió a los damianitas ingresar a su convento, pero no fue reciba debido al gran número de religiosas. No se sabe nada de su muerte, según la tradición su cuerpo estaría sepultado en una fosa excavada en el pavimento de la iglesia de Santa María de Poggio.