17935

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Borja Francisco de
01 Anónimo,
Fecha: S.F.
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Borja Francisco de
01 Anónimo,
Autoría desconocida.
No
01 Óleo sobre tela
Inventario Iglesia de San Ignacio: Jaime Borja

Iglesia San Ignacio
Colombia
Bogotá
Colombia
Bogotá
N/A

Santos
Santos Masculinos
Santos de órdenes y tradiciones
Santos jesuitas
Francisco Borja


Corona
Cráneo
Custodia
Libro(s)
Santo
Sin definir
Retrato secular y religioso
Sin donante
Ninguna
Martirologio, santoral/Flos sanctorum
Aureola
Corona
Cráneo
Custodia
Libro
Edad: adulto
Escena: simple
Género masculino
Personaje individual
Personajes: Sagrados


La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.

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N/A
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Francisco de Borja
1572-01-01
N/A
N/A
No

Nació en Gandía, hijo del duque de Gandía y la nieta de Fernando de Aragón. A los diez años perdió a su madre, y en vez de llorar ofrecía en sufragio sangrientas disciplinas que descargaba sobre su cuerpo. Acompañó al emperador Carlos V en su expedición a Africa caracterizandonse por su prudencia y valor en la campaña. Mandóle el emperador que condujése el cadáver de la emperatriz a Granada, y al descubrirle para hacer la entrega, le halló tan horrorosamente desfigurado, que no se reconocía en él un solo rasgo de lo que había sido, y propuso en su corazón no servir más a señor que se le pudiese morir. Fue nombrado Virrey de Cataluña, bajo su mandato, la provincia cambió notablemente. Vivía en su palacio como religioso y consultaba todas las cosas importantes con San Ignacio de Loyola. Tan pronto como quedó viudo, renunció a sus Estados, empleos y títulos y entró a la Compañia de Jesús. Traía sus espaldas hechas una llaga por el rigor de sus disciplinas, su oración era un éxtasis continuado, deseaba ser despreciado por todos y en sus cartas firmaba, Francisco el pecador. Cuando fue elegido general de la Compañia, extendió su celo por toda Europa y el nuevo Mundo. Finalmente después de haber visitado a la Virgen de Loreto, entendiendo que se llegaba el día de su muerte, pidió perdón a todos los que le rodeaban, y después de un éxtasis maravilloso, dió tranquilamente el alma al Creador a los 62 años.