Santos
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Santas
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Santas Fundadoras de órdenes
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Teresa
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Visiones de Teresa
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Carmelita |
Espíritu Santo |
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Santa |
Santas |
Santo |
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Ventana |
Visión |
Aureola |
Espíritu santo |
Habito eclesiástico |
Libro |
Manto blanco |
Nimbo de luz |
Nube |
Paloma |
Túnica Café |
Velo |
Ventana |
Edad: adulto |
Escena: compuesta |
Género femenino |
Género masculino |
Personaje colectivo |
Personajes: Sagrados |
Presencia: animales |
La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.
00 Objetos en las manos | |
02 Posición: Sentado |
Agustín
0430-01-01
N/A
N/A
No
Nació en Tagaste, cerca de Hipona (Bona- África), el 13 de noviembre de 354, sus padres se llamaban Patricio y Mónica. Desde muy pequeño comienza sus estudios de la lengua latina y griega, teniendo mayor afinidad por la primera que estudió en ciudades como: Tagaste, Madauro y Cartago; no obstante, llevaba una vida desordenada, llena de vicios y malas costumbres, en poca correspondencia con lo que dictaba la moral cristiana de la época. Aproximadamente a los treinta años se dirige a Milán para ocuparse de la cátedra de retórica, en donde conoce a Simpliciano (monje) y a San Ambrosio. El episodio de su conversión tiene lugar en Milán en el 387, tumbado bajo una higuera en el jardín escucha la vos de un niño que le dice: “Tolle, lege” (Toma y lee). Al abrir al azar el libro de las Epístolas de San Pablo que llevaba consigo, lee los versículos 12 y 14 del capítulo 8 de la Epístola de los Romanos: “No viváis en la inmoralidad y en la impureza, sino revestidos de Nuestro Señor Jesucristo”. Se prepara inmediatamente para recibir el bautismo de la mano de San Ambrosio la noche de pascua (sábado) del año 387, con sus amigos Evodio, Adeodato y Alipio. Posteriormente, San Agustín parte con algunos de sus amigos y su madre, quien lo acompañó durante todos sus viajes, hacia África. En el camino de regreso muere su madre en Ostia, por lo que Agustín regresa sólo a su patria convirtiéndose en sacerdote en el año 391 y en obispo de Hipona en el 395. Se dedica a compartir la vida de una comunidad monástica con su clero, hasta el día de su muerte que ocurre en el 430 en Hipona, después de haber escrito la Ciudad de Dios durante el asedio de Hipona por los vándalos. En este punto es importante destacar que San Agustín es considerado como el más importante teólogo de la iglesia católica, conocido principalmente por sus Confesiones que redacta hasta la muerte de su madre. |
Teresa Santa
1582-01-01
1614-01-01
1622-01-01
No
Nacida en Ávila en 1515, Teresa de Jesús, o de Ávila, entró a los dieciocho años en el monasterio carmelita de la Encarnación de Ávila (España); hija de Antonio Cepeda y Beatriz de Ahumada. Realizó grandes actos de penitencia, oración y sacrifico; usaba siempre silicios con los cuales flagelaba su cuerpo, además de hojas de lata, ortigas y llaves. Se interesó fundamentalmente por los historias de los santos mártires, al punto de concertar con su hermano (cuando aún era una niña) para salir de su casa y viajar a África para ser martirizada en nombre de Cristo ante los Moros. Pero cuando habían avanzado en su camino, su tío los encontró y en seguida los hizo regresar, no pudiendo así lograr su cometido. Fue una gran mística, distinguiéndose por sus visiones, éxtasis y elevación de su pensamiento. Logró llevar a cabo la reforma de la orden de las carmelitas descalzas a la que pertenecía y fundar su primer convento reformado en 1562, colocado bajo la invocación de san José en Ávila. Entre los éxtasis y las visiones que describió ella misma en sus obras, figura la Transverberación, o traspaso de su corazón. Este éxtasis tuvo lugar hacia 1559. Un ángel –como lo referencia el texto Duchet-Suchaux y Pastoreau- de la orden de los serafines se le apareció “viole en las manos un dardo de oro largo y al fin de él me pareció tener un poco de fuego; éste me pareció meter por el corazón algunas veces (…) y me dejaba toda abrazada en el amor grande de Dios”. Otra visión célebre es aquella en que una paloma con alas llenas de escamas de nácar comienza a planear sobre su cabeza, la víspera de Pentecostés; al igual que el momento en el que san José y la virgen le ofrecen algunas prendas de vestir. Muchas de estas visiones y otras que aparecen relatas en sus escritos, fueron esenciales para establecer los elementos iconográficos que identifican a santa Teresa. |