Biografía: Nace en Cartago, África, hacia el año 468. Desde muy pequeño aprendió a hablar perfectamente el griego y el latín alentado por su madre, resultando ser además un excelente administrador de los bienes de su familia y tesorero general de la provincia donde vivía. Sin embargo, desilusionado por lo material y banal del mundo que lo rodeaba decide alejarse completamente para realizar oración y ayudo continúo. A los 22 años llegó a un monasterio y pidió ser admitido como religioso ante el obispo llamado Fausto, lo cual no agrado mucho a su madre que deseaba que Fulgencio permaneciera a su lado. A partir de ese momento, comenzó a realizar ayunos y flagelaba su cuerpo, lo que le causó algunos daños a su salud cayendo gravemente enfermo. Debido a la persecución emprendida por el rey de Wandalos contra los católicos en la ciudad donde residía Fulgencio, debe trasladarse en compañía del obispo Fausto y recluirse en el monasterio que estaba a cargo del obispo Félix; no obstante, fueron apresados por un arriano también llamado Félix y sometidos a varios azotes desnudos y rasuradas sus cabezas. Después y ya recuperado, decide viajar a Sicilia, Zaragoza y Roma para visitar los cuerpos de san Pedro y san Pablo, principalmente, en este último lugar. Para luego regresar nuevamente a África y ser nombrado obispo de estos territorios, continuando con su vida tranquila de grandes penitencias, oración y lectura. Muere hacia el años de 1529.