16119

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Basilio Magno
01 Anónimo,
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Basilio Magno
01 Anónimo,
Autoría desconocida.
No
Óleo sobre madera
VALLÍN, Rodolfo. María Victoria Galves. Taller de Restauración de San Agustín. Arte y Fe: Colección artística agustina. Bogotá: Provincia de Nuestra Señora de la Gracia, 1995.

Colección Órden Agustina
Colombia
Bogotá
N/A
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Santos
Santos Masculinos
Santos de Iglesia Primitiva
Padres de la Iglesia
Basilio

Obra de tema religioso en formato vertical, en la cual se observa a san Basilio. El santo viste una sotana negra que cubre todo su cuerpo y una mitra blanca sobre su cabeza. En su mano derecha sustenta un báculo dorado y en la izquierda un libro entreabierto mostrado al espectador. Tiene su cabeza inclinada hacia atrás y su mirada proyectada sobre una llama de fuego que sale de un objeto. En segundo plano, y como fondo de la representación, un paisaje. Esta imagen se encuentra enmarcada en una especie de camarín conformado por dos columnas y una moldura de madera, que posee en la parte inferior una inscripción.
María Cristina Pérez

Báculo
Libro(s)
Marco
Santo
Terrestre / paisaje
Retrato secular y religioso
Sin donante
Inscripción
Martirologio, santoral/Flos sanctorum
Báculo
Libro
Mitra
Santos


La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.

2587 anonimo hombre sanchez navarro s.xviii mx copia 00 Objetos en las manos
0862 anonimo sor ana mar%c3%83%c2%ada de san francisco y neve xviii mx copia 01 Posición: de Pie
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Basilio Magno o Grande
0379-01-01
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No

Nacido hacia el año 300 en Cesárea de Capadocia en una familia noble que contaba en su seno con varios santos, Basilio recibe una sólida educación cristiana; estudia sucesivamente en Cesárea, Constantinopla y Atenas, donde permanece por cinco años. Después se hace monje, pasa algún tiempo en Siria y Egipto, y se establece finalmente como ermitaño cerca de Cesárea de Palestina en compañía de Gregorio Nacianceno. Abandona su soledad en el 346 a petición del obispo Eusebio de Cesárea, para convertirse posteriormente en obispo en el 370. Esta circunstancia sitúa bajo potestad a cincuenta obispos sufragáneos. Se dedica entonces a combatir la herejía arriana, que sostenía el emperador Valente. Defensor obstinado de la ortodoxia, Basilio no teme oponerse al poder político y en ocasiones también al pontificio que criticaba algunas de sus posiciones teológicas. Basilio fue el legislador principal del movimiento monástico en la Iglesia oriental.