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Transverberación de Santa Teresa de Jesús
Vargas de Figueroa, Baltasar
Fecha: 1664
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Transverberación de Santa Teresa de Jesús
Vargas de Figueroa, Baltasar
1650-1667
Nacido hacia 1629, es hijo del pintor Gaspar de Figueroa. Formado en el taller de su padre, hace parte de la tradición de la familia que incia con Baltasar de Figueroa. Su obra es abundante, mayormente religiosas, algunas están firmadas. Muere hacia 1667.
No
01 Óleo sobre tela
VALLÍN, Rodolfo. María Victoria Galves. Taller de Restauración de San Agustín. Arte y Fe: Colección artística agustina. Bogotá: Provincia de Nuestra Señora de la Gracia, 1995.

Colección Órden Agustina
Colombia
N/A
Colombia
N/A
Local

Santos
Santas
Santas Fundadoras de órdenes
Teresa
Transverberación

Pintura de tema religioso en formato vertical, compuesta esencialmente por dos planos. En primer lugar, y como centro de la composición, dos personajes: una mujer y un ángel. La mujer está de cuerpo entero, arrodillada, semiperfil derecho, mirada dirigida hacia arriba. Tiene los ojos negros, los labios rosados, la frente amplia y el rostro pálido; viste un hábito café, una túnica blanca sobre los hombros, una prenda blanca en el cuello y un manto negro en su cabeza. Sus manos están ligeramente extendidas hacia los lados y el cuerpo inclinado hacia la izquierda. En este mismo plano, y detrás de la mujer, el ángel de cuerpo entero, de pie, cabeza inclinada hacia adelante, mirada dirigida sobre la mujer. Posee el cabello hasta los hombros, los ojos negros, los labios rosados, la frente amplia y dos alas en sus espaldas; viste un traje verde y un manto naranja que cruza por su pecho, espalda y brazos. Con su mano izquierda toma parte del manto blanco que sostiene la mujer y con la derecha sustenta una flecha, con la que pretende traspasar el pecho de ésta. En el segundo, y como fondo de la obra, un fondo café oscuro.
María Cristina Pérez
pv

Ángel
Ángeles
Carmelita
De rodillas
Monja
Monjas
Mujer
Mujeres
Órdenes femeninas
Órdenes religiosas
Santa
Santas
Transverberación
Sin definir - Claroscuro
Historia de vida de santos
Sin donante
Ninguna
Martirologio, santoral/Flos sanctorum
Ángeles
Flechas
Habito eclesiástico
Manto blanco
Manto rojo
Nimbo de luz
Túnica Café
Velo
Edad: adulto
Escena: compuesta
Género femenino
Género masculino
Personaje colectivo
Personaje: contacto corporal
Personajes: Sagrados


La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.

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N/A
N/A
N/A
Teresa Santa
1582-01-01
1614-01-01
1622-01-01
No

Nacida en Ávila en 1515, Teresa de Jesús, o de Ávila, entró a los dieciocho años en el monasterio carmelita de la Encarnación de Ávila (España); hija de Antonio Cepeda y Beatriz de Ahumada. Realizó grandes actos de penitencia, oración y sacrifico; usaba siempre silicios con los cuales flagelaba su cuerpo, además de hojas de lata, ortigas y llaves. Se interesó fundamentalmente por los historias de los santos mártires, al punto de concertar con su hermano (cuando aún era una niña) para salir de su casa y viajar a África para ser martirizada en nombre de Cristo ante los Moros. Pero cuando habían avanzado en su camino, su tío los encontró y en seguida los hizo regresar, no pudiendo así lograr su cometido. Fue una gran mística, distinguiéndose por sus visiones, éxtasis y elevación de su pensamiento. Logró llevar a cabo la reforma de la orden de las carmelitas descalzas a la que pertenecía y fundar su primer convento reformado en 1562, colocado bajo la invocación de san José en Ávila. Entre los éxtasis y las visiones que describió ella misma en sus obras, figura la Transverberación, o traspaso de su corazón. Este éxtasis tuvo lugar hacia 1559. Un ángel –como lo referencia el texto Duchet-Suchaux y Pastoreau- de la orden de los serafines se le apareció “viole en las manos un dardo de oro largo y al fin de él me pareció tener un poco de fuego; éste me pareció meter por el corazón algunas veces (…) y me dejaba toda abrazada en el amor grande de Dios”. Otra visión célebre es aquella en que una paloma con alas llenas de escamas de nácar comienza a planear sobre su cabeza, la víspera de Pentecostés; al igual que el momento en el que san José y la virgen le ofrecen algunas prendas de vestir. Muchas de estas visiones y otras que aparecen relatas en sus escritos, fueron esenciales para establecer los elementos iconográficos que identifican a santa Teresa.