16083

Id:16083

María Magdalena Penitente
Medoro, Angelino
Fecha: 1587
Download

3.480524
-74.4104
3.469558
-74.421386

María Magdalena Penitente
Medoro, Angelino
1590 - 1632
Nace en Roma hacia 1567. Pasó a Sevilla en 1586 y se embarcó hacia el Perú, donde llegó en el año de 1600, permaneciendo antes por algunos años en Colombia y Ecuador, realiza en este país diversas obras hasta el año 1618. Falleció en Sevilla, España presumiblemente en 1632. Su obra es dispar en estilo y calidad. En una primera etapa se notan caracteres contramanieristas, alejados del estilo de Bitti, para posteriormente dejarse influenciar por la Escuela sevillana de pintura de fines del XVI, caracterizada por la pervivencia del canon manierista junto con la introducción de fórmulas naturalistas. En su obra se aprecia cierta preocupación por los fondos, abiertos a espacios arquitectónicos, y la preferencia por los colores tierra, a diferencia de los utilizados por Bitti. Fuente: Arte Colonial. Catálogo de Artistas Coloniales. P. 95-96
No
01 Óleo sobre tela
MATEUS CORTES, Gustavo. Tesoros de Tunja. El arte de los siglos XVI-XVII-XVIII. Bogotá: Litografía Arco, 1989.

Iglesia San Francisco
Colombia
Tunja
Colombia
Tunja
Local

Santos
Santas
Santas mujeres Iglesia Primitiva
Magdalena
N/A

Obra de tema religioso en formato vertical, en la que es posible observar cuatro planos. En primer lugar, y como centro de la composición, una mujer de cuerpo entero, sedante, semiperfil derecho, mirada dirigida en la parte superior-izquierda. Posee el cabello recogido, los ojos negros, los labios rojos, las mejillas rosadas y la frente amplia; lleva tan sólo un manto naranja con blanco, que cubre su cintura y piernas, dejando al descubierto parte de su pecho. Sus manos ligeramente flexionadas hacia arriba sostienen unas gruesas cadenas, con las que la mujer golpea su espalda. En este mismo plano, al lado inferior-derecho, un cráneo y un libro cerrado. En segundo lugar, al lado derecho, una perfumera y un Cristo sobre una roca; encima de la cual hay un ángel tocando una especie de guitarra, de cuerpo entero, sedante, semiperfil izquierdo, mirada dirigida hacia abajo; viste una camisa verde y una falda blanca. En este mismo plano, y al lado derecho, otro ángel tocando un violín, sedante, semiperfil derecho, cabeza inclinada al lado izquierdo; el cual lleva puesto un manto rojo. En el tercero, algunas rocas, arbustos, el cielo azul, naranja y blanco.
María Cristina Pérez

Penitencia
Ángeles
Instrumento martirio
Mujer
Paisaje
Piedras
Celeste / Terrestre
Historia de vida de santos
Sin donante
Ninguna
Martirologio, santoral/Flos sanctorum
Alas
Ángeles
Aureola de luz Descanso
Cáliz
Cráneo
Crucifijo
Instrumentos musicales
Látigo
Laúd
Libro
Manto Café
Seno al descubierto
Violonchelo
Edad: adulto
Escena: compuesta
Género femenino
Personaje: desnudo parcial / total
Personaje individual
Personajes: Sagrados
Presencia: niños


La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.

2587 anonimo hombre sanchez navarro s.xviii mx copia 00 Objetos en las manos
4406 06 Posición: Otros tipos
4729 anonimo catalina flagelandose xviii ar copia 03 Posición: Arrodillado
N/A
N/A
N/A
María Magdalena
N/A
N/A
N/A
No

Muy pronto la tradición reunió en la persona de María Magdalena tres mujeres que eran nombradas en los Evangelios y que habían acompañado a Jesús en momentos distintos de su vida. En primer lugar, la pecadora anónima que, durante la comida en la casa de Simón el fariseo, inunda de perfumes los pies del señor y después los enjuaga con sus cabellos (Lc, 7, 36-50). En segundo lugar, María de Betania, hermana de Marta y de Lázaro, que recibe a Jesús en su casa y obtiene la resurrección de su hermano. En tercer lugar, María Magdalena curada por Jesús de los demonios que la atormentaban, presente durante la Crucifixión y el Entierro. Al final de la Edad Media y en la época moderna, los teólogos discutieron largamente para saber si en la Magdalena habían tres mujeres o una sola, pero la tradición siguió siendo más fuerte. En lugar de separarla, se le añadió incluso a veces ciertas tradiciones relativas a una cuarta: María Egipciana. Después de la Ascensión de Cristo, con Marta y Lázaro, María Magdalena habría llegado a Provenza, donde los tres habrían convertido a la fe cristiana a multitud de gentes. Después se habrían retirado del mundo para hacer penitencia, en la gruta de Santo Bálsamo, donde vive treinta años. Muere en Aix- en Provence donde los ángeles la han llevado a fin de que recibiera la última comunión. Más tarde sus reliquias se habrían trasladado a Borgoña. Esta historia de María Magdalena no tiene ningún fundamento bíblico ni histórico. Parece que lo forjaron en el siglo XI los monjes de Vézela para explicar y autentificar la presencia de sus reliquias en su iglesia. En la tradición cristina, María Magdalena es efectivamente y ante todo la imagen ejemplar de la pecadora arrepentida y santificada. A esto se debe que sea la patrona de las prostitutas. La Contrarreforma contribuyo a difundir aun más su culto, convirtiendo a María Magdalena en la personificación del sacramento de la penitencia.