VALLÍN, Rodolfo. María Victoria Galves. Taller de Restauración de San Agustín. Arte y Fe: Colección artística agustina. Bogotá: Provincia de Nuestra Señora de la Gracia, 1995.
Colección Órden Agustina
Colombia
N/A
N/A
N/A
N/A
Mariología
Vida de la Virgen
Sagrada Familia
San José
San José y el niño
A diferencia de los cuadros anteriores, este presenta otras figuras en él. Pero esto no quiere decir que interactúen entre ellos. Es más, los rostros que se presentan en la parte superior del cuadro y divididos de a parejas, actúan como objetos de decoración dentro de la escena.
El cuadro, de tonalidades ocres y azules, presenta un paisaje de fondo, que se refiere a sitios en donde se encuentren rocas y posiblemente cuevas para refugiarse (paisaje similar al que se encuentra en los cuadros de visiones de santos y de ermitaños). José tiene una posición hierática que recuerda mucho a las esculturas de las iglesias. Es posible que su modelo haya sido una escultura. En el punto en donde más se ve esto, es en la posición que toma la mano que carga el niño. La relación del hombro y el codo con la mano y la fuerza que se supone debería hacer, no es coherente con el objeto que está llevando. Igualmente, las sombras se presentan uniformes con respecto al cuerpo y deberían ser mucho más fuertes porque hay un objeto que tapa la luz. La mano que sostiene al niño, no tiene relación ni de fuerza ni de proxémica con respecto al cuerpo que está soportando. El santo en su otra mano sostiene un racimo de flores, pero la relación de la mano con el objeto es distante. El pulgar y el índice están cercanos, mientras los otros dedos están extendidos (es importante anotar que ellos no debería estar tan parejos en el dibujo). Anatómicamente José está proporcionado, exceptuando un poco, el largo del cuello. La distinción de género está desdibujada y sus ropajes no dan señales al respecto. Su mirada es perdida hacia arriba.
El niño no presenta problemas de dibujo y proporción, exceptuando un poco en la zona de la cadera. El cuerpo está desgenitalizado. Como en la mayoría de los cuadros de este tema, la mirada del niño es más cercana en intención, que la que realiza José. Su proxémica es más intencionada y más cercana a la relación entre dos personas (es decir que no están posando). Se alcanza a notar en él, un acercamiento afectivo y está como contemplando una escultura (la figura de José recuerda a una talla)
La composición es rectangular vertical, enfatizada por el resplandor encima de la cabeza de José (posible expresión de la iluminación divina). Los ángeles que se encuentran en la parte superior del cuadro, están inmersos en las nubes y el ramo de flores (lirios y azucenas), se encuentran cerca de las nubes y a las caras, acercando el símbolo del cuerpo santo a la divinidad (expresada por los ángeles en las nubes).
María Cristina Pérez
Hombre
Niño
Niño Jesús
Querubín
Querubines
Retrato
N/A
N/A
N/A
N/A
N/A
Bastón con flores
Querubín(es)
La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.