11157 fray miguel de herrera fmd teresa de avila 1771 mx

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Santa Teresa de Jesús
Herrera, Miguel de
Fecha: 1771
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Santa Teresa de Jesús
Herrera, Miguel de
1759-1780
1729-1780 La Laguna, 1696 – México, 1765 Pintor Aunque la mayor parte de su carrera se desarrolló en México, recientemente se ha confirmado que Miguel Melchor de Herrera nació en San Cristóbal de La Laguna en 1696 y que en 1712 tomó el hábito agustino en el Monasterio del Espíritu Santo. Allí pudo formarse junto a otros religiosos de la Orden dedicados a labores artísticas, como fray Miguel Lorenzo. No obstante, la huella de esta posible etapa de aprendizaje resulta, hasta donde se sabe, irrelevante en su catálogo, pues ha de valorarse esencialmente como un pintor virreinal. En 1719 llegó a Nueva España y pasó a estar adscrito a la provincia del Santísimo Nombre de Jesús, de la Orden de San Agustín. Su catálogo incluye retratos y obras de tema religioso, algunas firmadas y fechadas en las que hizo constar su condición de fraile agustino. Aunque no debió regresar a las Islas, pudo mantener el contacto a través de su familia de sangre y de su familia espiritual. Varias pinturas suyas de la década de 1740 conservadas en Canarias podrían valorarse en este sentido: catorce cuadros, de una presunta serie de quince, sobre la vida de la Virgen en colecciones particulares, en la Ermita de San Amaro del Puerto de la Cruz y en la sede del Consejo Consultivo de Canarias, en La Laguna; y dos pequeños medallones en la Iglesia de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife. A partir de 1753, año de su fundación, fray Miguel de Herrera perteneció a la primera Academia de Pintura de México. Su producción está documentada hasta 1765.
No
01 Óleo sobre tela
BURKE, Marcus, Treasures of mexican colonial painting. The davenport museum of art Collection. Davenport: Davenport Museum of art, 1998.

Figge Art Museum
Mexico
México DF
United States
Davenport
Mexicana

Santos
Santas
Santas Fundadoras de órdenes
Teresa
Atributos de la santa


Ángel
Ángeles
Carmelita
Corazón
Monja
Monjas
Mujer
Mujeres
Órdenes femeninas
Órdenes religiosas
Querubín
Querubines
Santa
Santas
Sin definir
Historia de vida de santos
Sin donante
Ninguna
Martirologio, santoral/Flos sanctorum
Alas
Altar
Ángeles
Aureola
Bastón florido
Cáliz
Copa
Corazón
Féretro
Flores
Habito eclesiástico
Querubín(es)
Túnica negra
Edad: adulto
Escena: compuesta
Género femenino
Personaje individual
Personajes: Sagrados
Presencia: niños


La cultura barroca es gestual. El gesto complementaba la comunicación visual con gestos de oralidad, de modo que las pinturas “hablaban”. La siguiente información trata de reconstruir la cultura gestual quirológica y quironómica a partir de los tratados y de las frecuencias gestuales en la pintura colonial.

18 ql2 18 data 4483 captura copia 18 QL2 18 Data Fide promitto (Comprometo mi fe) - a pesar de dificultad, confirman compromiso, tregua, promesa.
0862 anonimo sor ana mar%c3%83%c2%ada de san francisco y neve xviii mx copia 01 Posición: de Pie
N/A
N/A
N/A
Teresa Santa
1582-01-01
1614-01-01
1622-01-01
No

Nacida en Ávila en 1515, Teresa de Jesús, o de Ávila, entró a los dieciocho años en el monasterio carmelita de la Encarnación de Ávila (España); hija de Antonio Cepeda y Beatriz de Ahumada. Realizó grandes actos de penitencia, oración y sacrifico; usaba siempre silicios con los cuales flagelaba su cuerpo, además de hojas de lata, ortigas y llaves. Se interesó fundamentalmente por los historias de los santos mártires, al punto de concertar con su hermano (cuando aún era una niña) para salir de su casa y viajar a África para ser martirizada en nombre de Cristo ante los Moros. Pero cuando habían avanzado en su camino, su tío los encontró y en seguida los hizo regresar, no pudiendo así lograr su cometido. Fue una gran mística, distinguiéndose por sus visiones, éxtasis y elevación de su pensamiento. Logró llevar a cabo la reforma de la orden de las carmelitas descalzas a la que pertenecía y fundar su primer convento reformado en 1562, colocado bajo la invocación de san José en Ávila. Entre los éxtasis y las visiones que describió ella misma en sus obras, figura la Transverberación, o traspaso de su corazón. Este éxtasis tuvo lugar hacia 1559. Un ángel –como lo referencia el texto Duchet-Suchaux y Pastoreau- de la orden de los serafines se le apareció “viole en las manos un dardo de oro largo y al fin de él me pareció tener un poco de fuego; éste me pareció meter por el corazón algunas veces (…) y me dejaba toda abrazada en el amor grande de Dios”. Otra visión célebre es aquella en que una paloma con alas llenas de escamas de nácar comienza a planear sobre su cabeza, la víspera de Pentecostés; al igual que el momento en el que san José y la virgen le ofrecen algunas prendas de vestir. Muchas de estas visiones y otras que aparecen relatas en sus escritos, fueron esenciales para establecer los elementos iconográficos que identifican a santa Teresa.